Monóvar tiene una rica historia que se remonta a la antigüedad, con influencias romanas, moriscas y cristianas que han dado forma a su desarrollo a lo largo de los siglos. Durante la ocupación musulmana de España, la ciudad fue un importante centro agrícola, beneficiándose de los avanzados sistemas de irrigación introducidos por los moros. Tras la Reconquista cristiana en el siglo XIII, Monóvar continuó creciendo, manteniendo sus raíces agrícolas y convirtiéndose en un punto de intercambio cultural entre las comunidades cristianas y moriscas.
Una de las tradiciones culturales más celebradas de la ciudad es su herencia vinícola, particularmente la producción del Fondillón, un vino dulce raro y prestigioso elaborado con uvas Monastrell sobremaduradas. Este vino histórico ha sido producido en la región durante siglos y sigue siendo un símbolo de la identidad cultural de Monóvar. La ciudad celebra su cultura vinícola durante festivales como las «Fiestas de la Virgen del Remedio», en las que se honra a la patrona con desfiles, música tradicional y, por supuesto, mucho vino local.
Monóvar también es conocida por sus conexiones literarias, siendo la ciudad natal del renombrado escritor Azorín, una de las figuras más importantes de la literatura española del siglo XX. La ciudad honra su legado con eventos culturales, museos y espacios públicos dedicados a su memoria.