Plasencia se distingue por su impresionante conjunto arquitectónico, que incluye la Catedral Vieja y la Catedral Nueva, dos joyas que muestran la evolución del estilo gótico al renacentista. La Catedral Vieja, de origen románico, es una de las más antiguas de la región, mientras que la Catedral Nueva, construida a lo largo de varios siglos, combina estilos góticos y renacentistas que reflejan la transición de épocas en la ciudad.
El corazón de la ciudad es la Plaza Mayor, un vibrante espacio donde se celebra el mercado semanal y donde los visitantes pueden disfrutar de la gastronomía local en las terrazas de los cafés. Otros lugares de interés incluyen el Parador de Plasencia, un convento del siglo XV reconvertido en hotel de lujo, y el acueducto medieval, que es un testimonio de la ingeniería de la época.
Además de su patrimonio arquitectónico, Plasencia es una puerta de entrada al Parque Nacional de Monfragüe, una reserva natural de gran biodiversidad y un paraíso para los amantes del avistamiento de aves y el senderismo. El Valle del Jerte, famoso por sus cerezos en flor, es otra atracción imperdible en primavera.