La arquitectura de San Bartolomé refleja la rica historia de la isla, combinando estilos tradicionales canarios con la influencia del paisaje volcánico de la isla. Los edificios encalados con contraventanas verdes o azules, techos planos y patios encantadores dominan las calles de la ciudad. Los molinos de viento, que alguna vez fueron vitales para la industria agrícola de la ciudad, aún pueden verse, añadiendo encanto y significado histórico al área.
Entre las principales atracciones de la ciudad se encuentra el Museo Etnográfico Tanit, ubicado en una antigua bodega, que muestra artefactos del pasado de Lanzarote y ofrece a los visitantes una experiencia inmersiva en la historia local. La Fundación César Manrique, situada cerca, celebra el legado del famoso artista y arquitecto nacido en Lanzarote, cuya obra es parte integral de la identidad estética de la isla.
Para los amantes de la naturaleza, los paisajes volcánicos del cercano Parque Nacional de Timanfaya son una visita obligada. Este sitio, reconocido por la UNESCO, ofrece vistas impresionantes del terreno volcánico único de la isla. Los géiseres, los campos de lava y las visitas guiadas permiten a los visitantes explorar la belleza natural de Lanzarote mientras aprenden sobre su pasado geológico.