En los últimos años, Teror ha enfocado sus esfuerzos en preservar su patrimonio cultural al tiempo que mejora su infraestructura turística. Ha habido varios proyectos de restauración para mantener la arquitectura histórica del pueblo, incluida la Basílica y las casas tradicionales canarias.
El eco-turismo y las prácticas sostenibles también han ganado popularidad en Teror, con iniciativas para promover el respeto por el medio ambiente. Los parques naturales y las rutas de senderismo han sido mejorados para fomentar las actividades al aire libre, atrayendo a un creciente número de viajeros interesados en el turismo ecológico. Además, el papel de Teror como destino de peregrinación sigue creciendo, lo que aumenta su importancia como centro cultural y espiritual en Gran Canaria.