La economía de Tomiño se basa principalmente en la agricultura, con un enfoque destacado en la horticultura, especialmente en el cultivo de flores y plantas ornamentales. Este sector ha sido uno de los motores económicos más importantes de la localidad, convirtiendo a Tomiño en una de las regiones líderes en floricultura de España. El clima suave y el suelo fértil proporcionan condiciones ideales para este tipo de cultivo, con productos que se exportan tanto a nivel nacional como internacional.
El turismo también está desempeñando un papel cada vez más importante en la economía local, con visitantes atraídos por la belleza natural de la región, sus sitios históricos y sus festivales culturales. Los negocios locales, como pequeños hoteles familiares, restaurantes y tiendas de artesanía, se benefician del flujo constante de turistas, especialmente durante los meses de verano.
La pesca y la producción de vino también son actividades económicas importantes para la región. La proximidad del océano Atlántico y el río Miño asegura un suministro constante de pescado fresco, mientras que los viñedos de los alrededores producen vinos gallegos de renombre, especialmente el famoso vino Albariño.