La economía de Trujillo está impulsada principalmente por la agricultura, con la producción de aceite de oliva y vino como pilares fundamentales. Las tierras fértiles que rodean la ciudad permiten obtener productos de alta calidad, y Trujillo es conocida por sus excepcionales quesos, especialmente los elaborados con leche de oveja. El Festival Nacional del Queso, que se celebra anualmente, atrae a productores de quesos y gourmets de toda España, promocionando aún más a Trujillo como un centro gastronómico destacado.
En los últimos años, el turismo ha crecido significativamente, y la ciudad ha capitalizado su rica historia, cultura y alrededores naturales. El turismo rural también ha experimentado un aumento, atrayendo a visitantes que buscan la paz y la belleza de la campiña extremeña. Las pequeñas empresas locales, como las artesanías y las tiendas de productos tradicionales, han prosperado como parte de esta tendencia.
El turismo patrimonial y cultural juega un papel vital en la economía de Trujillo, atrayendo tanto a visitantes españoles como internacionales a sus festivales, sitios históricos y monumentos. La industria de la hospitalidad local, incluidos hoteles, casas de huéspedes y restaurantes, ha crecido para satisfacer la creciente afluencia de turistas.