La historia de Arrecife se remonta al siglo XV, cuando se estableció como un puerto pesquero. Con el tiempo, creció hasta convertirse en un importante centro comercial y marítimo debido a su posición estratégica en las rutas comerciales del Atlántico. El nombre de la ciudad, Arrecife, proviene del término «arrecife», en referencia a los arrecifes volcánicos que protegen su costa. Durante los siglos XVI y XVII, fue frecuentemente atacada por piratas, lo que llevó a la construcción de fortificaciones defensivas como el Castillo de San Gabriel y el Castillo de San José.
Culturalmente, Arrecife refleja la mezcla de influencias españolas, africanas y latinoamericanas que caracteriza a las Islas Canarias. La ciudad celebra festivales tradicionales como el Carnaval de Arrecife, que cuenta con desfiles vibrantes, disfraces elaborados y música animada. Otro evento significativo es la Fiesta de San Ginés, el patrón de la ciudad, que se celebra con procesiones religiosas, fuegos artificiales y bailes tradicionales canarios.
Arrecife también tiene un fuerte legado artístico, influenciado notablemente por César Manrique, un reconocido artista y arquitecto local que jugó un papel clave en la identidad cultural de Lanzarote. Sus obras, que integran la belleza natural de la isla con su visión artística, se pueden ver en toda la ciudad y la isla.