El Molar tiene una rica historia que se remonta a tiempos antiguos, con evidencia de asentamientos romanos y musulmanes en la región. Se cree que el nombre del pueblo proviene del término latino para “molino”, en referencia a los antiguos molinos que solían abundar en el paisaje. Durante la Edad Media, El Molar fue un punto estratégico en la ruta hacia los territorios del norte de España. A lo largo de los siglos, el pueblo ha sido influenciado por diversas culturas, desde los musulmanes hasta los cristianos, y hoy se erige como un testimonio de la historia diversa y rica de España.
El pueblo es conocido por sus singulares cuevas-vivienda, que han sido utilizadas durante siglos como hogares y bodegas de vino. Estas cuevas, algunas de las cuales todavía están habitadas o utilizadas por negocios locales, ofrecen una visión del modo de vida tradicional en la región. Las festividades de El Molar son una parte esencial de su identidad cultural, con la celebración anual de la Fiesta de San Isidro y la Virgen del Remolino, que atraen a locales y visitantes para disfrutar de días llenos de música, baile y procesiones religiosas.
Las costumbres locales incluyen la producción de vino, una práctica que ha sido parte de la cultura local durante siglos. El patrimonio vinícola de El Molar se celebra en varios festivales y eventos, donde los visitantes pueden degustar vinos tradicionales españoles directamente de las bodegas históricas del pueblo.