Griñón ha sido históricamente un centro agrícola, y aunque la agricultura sigue siendo importante, el municipio ha diversificado su economía en las últimas décadas. La producción de cultivos, especialmente olivos y cereales, sigue siendo una parte fundamental de la economía local, al igual que la producción de vino y aceite de oliva, productos que gozan de gran prestigio en la región.
En los últimos años, el turismo ha crecido en Griñón, gracias a su proximidad a Madrid y su atractivo como destino rural. Esto ha dado lugar a la creación de pequeños negocios relacionados con la hostelería, como restaurantes, alojamientos rurales y tiendas de productos locales. También hay una creciente comunidad de emprendedores que se han establecido en la región, aprovechando la cercanía a la capital mientras disfrutan de un entorno más tranquilo.
El comercio local, compuesto por pequeñas tiendas y mercados tradicionales, sigue siendo un pilar económico, con productos artesanales y alimentos locales que atraen tanto a los residentes como a los visitantes.