Jaén cuenta con una rica historia que se remonta a miles de años, con influencias ibéricas, romanas, musulmanas y cristianas. Durante la época romana, Jaén fue un importante asentamiento debido a su ubicación estratégica y tierras fértiles. Sin embargo, fue bajo el dominio musulmán cuando la ciudad alcanzó su máximo esplendor, con la construcción del imponente Castillo de Santa Catalina, que todavía hoy domina el horizonte de la ciudad. Tras la Reconquista en el siglo XIII, Jaén fue recuperada por los cristianos, lo que llevó a la construcción de la Catedral de Jaén, una obra maestra del Renacimiento español.
Jaén es también un importante centro de tradiciones culturales, muchas de las cuales se siguen celebrando hoy en día. Una de las festividades más destacadas es la Semana Santa, donde procesiones elaboradas recorren las calles y muestran siglos de devoción religiosa. El flamenco, profundamente arraigado en la cultura andaluza, también está muy presente en Jaén, con actuaciones y festivales a lo largo del año.
Además, Jaén tiene una profunda conexión con la producción de aceite de oliva, conocido como «oro líquido». Este producto no solo es parte integral de la economía local, sino también de la cultura y la vida diaria de sus habitantes, quienes celebran la cosecha del aceite con festivales y eventos dedicados a este valioso recurso.