La historia de Manilva se remonta a tiempos antiguos, con evidencia arqueológica que sugiere la presencia de asentamientos fenicios y romanos. La zona fue en su día un próspero pueblo romano conocido por su producción de vino, y aún hoy se pueden ver los restos de los baños romanos en la cercana región de Duquesa. Durante la ocupación morisca de España, Manilva se convirtió en una importante área agrícola, contribuyendo a la rica tradición agrícola de la región. Después de la Reconquista, pasó a formar parte del Reino Cristiano de Castilla, y su ubicación estratégica la convirtió en un punto de interés en varios enfrentamientos militares a lo largo de los siglos.
Culturalmente, Manilva ha conservado muchas de sus tradiciones y costumbres, que mezclan influencias españolas, moriscas y romanas. Uno de los eventos más celebrados de la ciudad es la Vendimia, el festival anual de la cosecha de la uva, que se celebra cada septiembre. Este festival honra la historia vitivinícola de la región con desfiles, música tradicional y eventos de pisado de uvas. La patrona local, Santa Ana, también es honrada con una gran fiesta en julio, que reúne a la comunidad en una celebración festiva.
Los visitantes también pueden presenciar otras tradiciones, como las actuaciones de flamenco y las artesanías locales que reflejan el arte andaluz. Monumentos históricos como el Castillo de la Duquesa, una fortaleza del siglo XVII construida para defenderse de los ataques piratas, ofrecen una visión fascinante del pasado histórico de la ciudad.