Alcalá del Río tiene una historia rica que se remonta a la época romana, cuando era conocida como «Ilipa Magna». Gracias a su ubicación estratégica junto al Guadalquivir, la ciudad se consolidó como un importante asentamiento durante el Imperio Romano, sirviendo como un punto clave para el comercio y las actividades militares. Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad fue ocupada por los musulmanes, quienes dejaron una huella profunda en la arquitectura, la cultura y las tradiciones locales. De hecho, el nombre Alcalá deriva del árabe «Al-Qalat», que significa «fortaleza», haciendo referencia a su rol como ciudad fortificada durante el periodo islámico en la península.
Con la Reconquista en el siglo XIII, la ciudad pasó a estar bajo el dominio cristiano, lo que moldeó su paisaje cultural y religioso. Hoy en día, Alcalá del Río celebra su herencia diversa con festividades como la Semana Santa, una de las más importantes, donde los habitantes participan en procesiones elaboradas por las calles del casco antiguo.
Las tradiciones culturales, como la música y el baile flamenco, forman parte esencial de la vida local. La ciudad también celebra varias fiestas a lo largo del año que ponen de relieve las costumbres andaluzas, desde actuaciones de flamenco hasta ferias locales que rinden homenaje a las raíces agrícolas y artesanales de la región.