Écija es famosa por su arquitectura barroca, y su horizonte está dominado por las icónicas torres de las iglesias. Entre los ejemplos más destacados está la Iglesia de Santa Cruz, un impresionante edificio que refleja la riqueza del diseño barroco. Otro punto de interés es el Palacio de Peñaflor, con su fachada decorada con frescos y sus patios interiores. El Palacio de Benamejí, por su parte, alberga el Museo Arqueológico de la ciudad, donde los visitantes pueden explorar mosaicos romanos, cerámicas y esculturas.
La Plaza de España, el corazón de la ciudad, es un lugar de encuentro para locales y turistas, con un ambiente acogedor y lleno de vida. Los restos de la antigua ciudad romana de Astigi, como los baños romanos y mosaicos, se encuentran repartidos por toda Écija, lo que ofrece una experiencia única para los amantes de la historia.
Además de su riqueza arquitectónica, Écija cuenta con espacios verdes como el Parque San Pablo, ideal para paseos tranquilos. Los amantes del arte y la historia pueden disfrutar del Museo Histórico Municipal, que alberga una variada colección de artefactos que cuentan la historia de la ciudad.