La gastronomía de Palma está profundamente arraigada en las tradiciones mediterráneas, con un énfasis en el pescado fresco, el aceite de oliva y los productos locales. Uno de los platos más característicos de la ciudad es la «ensaimada,» un dulce en forma de espiral que puede ser simple o relleno de crema, mermelada o incluso ingredientes salados. Los amantes del marisco disfrutarán de platos como el «arroz brut» (un arroz especiado con carne y mariscos) y el «frito mallorquín,» un salteado tradicional de cordero o cerdo con verduras de temporada.
Las tapas son abundantes en Palma, con una gran variedad de pequeños platos que muestran los sabores de la isla, como la «sobrasada» (un embutido curado blando) y el «pa amb oli» (pan con aceite de oliva y tomate). La ciudad también alberga varios restaurantes con estrellas Michelin, como Marc Fosh, que destaca los ingredientes mallorquines con un toque moderno.
Para experimentar la vida local, el Mercat de l’Olivar es un mercado de alimentos lleno de vida, donde los visitantes pueden comprar pescado fresco, carne y productos, o degustar platos preparados.