Palma tiene una rica y diversa historia, moldeada por una multitud de civilizaciones, desde los romanos y los árabes hasta la Reconquista cristiana. La ciudad fue originalmente fundada como un campamento romano en el 123 a.C. y más tarde se convirtió en un importante bastión musulmán. Su pasado islámico aún es evidente en su arquitectura y diseño urbano, con calles estrechas y sinuosas y hermosos patios en el casco antiguo.
Tras la conquista cristiana en el siglo XIII, Palma floreció como un importante puerto mediterráneo, un legado que continúa hasta hoy. El edificio más emblemático de la ciudad, la Catedral de La Seu, se construyó sobre una antigua mezquita, simbolizando esta transición cultural. La ciudad también es conocida por sus festivales anuales, como la «Festa de Sant Sebastià» en enero, una celebración de una semana de duración llena de música en vivo, fuegos artificiales y desfiles tradicionales.
La vida cultural de Palma es vibrante, con numerosas galerías de arte, museos y teatros que exhiben tanto obras contemporáneas como tradicionales. La Fundación Joan Miró, dedicada al famoso artista español que vivió en Palma, es una visita obligada para los amantes del arte.