La economía de Binissalem se basa principalmente en la agricultura, con un enfoque especial en la producción de vino. El pueblo es el centro de la Denominación de Origen (DO) Binissalem, una de las regiones vinícolas más importantes de España. El suelo fértil y el clima mediterráneo han convertido a esta área en un lugar ideal para el cultivo de variedades autóctonas de uva como la Manto Negro y la Moll, que dan lugar a vinos reconocidos tanto a nivel nacional como internacional.
Además del vino, la piedra caliza local es otro pilar de la economía. La «pedra de Binissalem» ha sido durante siglos un recurso valioso utilizado en la construcción tanto dentro de la isla como en otros lugares. Los artesanos locales siguen trabajando en la extracción y el tallado de esta piedra, contribuyendo así a la preservación del patrimonio arquitectónico de la región.
El turismo, especialmente el enoturismo, está en auge en Binissalem. La creciente afluencia de visitantes atraídos por sus vinos, su rica historia y su entorno natural ha generado nuevas oportunidades para negocios locales, desde restaurantes hasta alojamientos rurales y boutiques.