La historia de Campos del Puerto está profundamente vinculada a la de Mallorca, con influencias romanas, musulmanas y cristianas a lo largo de los siglos. Tras la reconquista cristiana en el siglo XIII, el pueblo se desarrolló como una comunidad agrícola, una tradición que sigue siendo central en su identidad hoy en día. El paisaje rural de Campos aún conserva los antiguos molinos de viento y las «possessions», grandes fincas agrícolas que datan de esa época.
Entre los festivales más destacados se encuentra la «Fira de Campos», que se celebra en octubre y que pone en valor las raíces agrícolas del pueblo, con exhibiciones de ganado, artesanías locales y bailes tradicionales. Otro evento importante es la celebración de «Sant Julià», el patrón de la ciudad, que tiene lugar en enero con procesiones religiosas, música y fuegos artificiales.
Los habitantes de Campos son conocidos por su hospitalidad y su fuerte sentido de comunidad. Las costumbres locales, como las fiestas religiosas y la artesanía, siguen vivas en la vida diaria del pueblo. Entre sus monumentos históricos más importantes destaca la iglesia de Sant Julià, un magnífico ejemplo de la arquitectura gótica religiosa.