La economía de San Bartolomé está impulsada principalmente por la agricultura, el turismo y la industria vinícola. El suelo volcánico de la región es particularmente adecuado para el cultivo de uvas, que se utilizan para producir el renombrado vino Malvasía de Lanzarote. Los visitantes pueden recorrer los viñedos locales, degustar algunos de los mejores vinos de la isla y conocer las técnicas agrícolas únicas que se han transmitido de generación en generación.
El turismo es otro motor económico clave, ya que los visitantes se sienten atraídos por la belleza natural, el patrimonio cultural y la proximidad de San Bartolomé a las principales atracciones de Lanzarote. La ciudad ha desarrollado una gama de alojamientos, restaurantes y tiendas que atienden a los turistas, lo que la convierte en un destino cada vez más popular tanto para visitas cortas como para estancias más prolongadas.
La artesanía local también desempeña un papel importante en la economía de la ciudad. Los visitantes pueden encontrar cerámica hecha a mano, textiles y otros productos tradicionales que reflejan la cultura e historia únicas de Lanzarote. Estos artículos son recuerdos excepcionales, ofreciendo una conexión tangible con el patrimonio artístico de la isla.