La historia de Icod de los Vinos está profundamente vinculada a la colonización española y la producción de vino, pero también conserva rastros de la cultura guanche, los habitantes indígenas de las Islas Canarias antes de la conquista española en el siglo XV. Después de la colonización, la ciudad floreció gracias a la agricultura, especialmente la viticultura, que dio nombre a la ciudad. Desde entonces, el vino ha sido una parte integral de la identidad cultural y económica de Icod.
Un símbolo cultural fundamental es el Drago Milenario, un árbol emblemático que tiene entre 800 y 1,000 años. Este árbol milenario se ha convertido en un símbolo de la longevidad y fortaleza de la ciudad, y está rodeado de mitos y leyendas locales. Además, Icod de los Vinos celebra varias festividades a lo largo del año, entre las que destacan la Fiesta de San Andrés, donde se realizan catas de vino nuevo, y las Fiestas del Cristo del Calvario, con procesiones religiosas y eventos folclóricos que atraen tanto a locales como a turistas.
Los visitantes pueden disfrutar también de la arquitectura tradicional canaria, paseando por las calles adoquinadas de la ciudad, donde casas con balcones de madera adornan las fachadas, un claro testimonio de su herencia histórica.