La gastronomía de Toledo es un reflejo de su diversa herencia cultural, con influencias de las tradiciones culinarias cristiana, musulmana y judía. El plato más famoso de la ciudad es «carcamusas», un guiso de cerdo con verduras y tomate, que se sirve comúnmente con una rebanada de pan rústico. Otro manjar imperdible es el «mazapán de Toledo», una dulce pasta de almendra que se elabora en la ciudad desde hace siglos y es especialmente popular durante la temporada navideña.
Otros platos típicos incluyen «perdiz estofada», un plato tradicional de caza, y «cordero asado», que a menudo se disfruta durante festividades y reuniones familiares. Toledo también es famoso por su queso Manchego, elaborado con leche de oveja, que combina perfectamente con los vinos robustos de la región. La gastronomía local es contundente, con un enfoque en carnes cocidas a fuego lento, aceite de oliva y verduras frescas, lo que refleja los sabores de Castilla-La Mancha.
En la ciudad hay muchos restaurantes y tabernas tradicionales donde los visitantes pueden degustar estas especialidades locales, como el Restaurante Adolfo y La Abadía. Para quienes buscan una experiencia gastronómica más contemporánea, también hay opciones de alta cocina que ofrecen un toque moderno a los platos tradicionales.