La economía de León se sustenta en una combinación de industrias tradicionales y sectores modernos. Históricamente, la agricultura ha desempeñado un papel importante, con el cultivo de trigo, la producción de vino y la ganadería como productos clave en la región circundante. La minería, especialmente del carbón, también ha tenido una gran relevancia, impulsando el desarrollo industrial de la ciudad durante el siglo XX.
Hoy en día, León ha diversificado su economía, con sectores en crecimiento como el turismo, la tecnología y la educación. La ciudad alberga la Universidad de León, que atrae tanto a estudiantes locales como internacionales, creando una comunidad académica vibrante. El aumento del turismo, impulsado en parte por el Camino de Santiago y los eventos culturales, ha dado un impulso económico a los negocios locales en la hostelería, la gastronomía y el comercio.
Uno de los productos locales más conocidos es la morcilla de León (embutido de sangre), una delicia culinaria que, junto con los quesos y vinos locales, ha puesto a León en el mapa como destino gastronómico. Los productos artesanales, como artículos de cuero y cerámica, también contribuyen a la economía local y reflejan las profundas tradiciones artesanas de la región.