Alella tiene una rica y fascinante historia que se remonta a la época romana, cuando ya era conocida por su producción de vino, una tradición que se mantiene hasta el día de hoy. Su ubicación cercana a la costa y a la ciudad de Barcelona la convirtió en un importante centro agrícola durante la época romana, centrado principalmente en la producción de vino y aceite de oliva. Con el paso de los siglos, Alella ha conservado sus raíces agrícolas, convirtiéndose en un retiro para los residentes adinerados de Barcelona, quienes construyeron casas de veraneo aquí en el siglo XIX y principios del XX.
Culturalmente, Alella está profundamente conectada con las tradiciones catalanas. La ciudad celebra muchas de las festividades más queridas de la región, como la Festa Major de Sant Feliu en agosto, donde los lugareños se reúnen para participar en procesiones, música y fuegos artificiales. Otro evento destacado es la Fiesta de la Vendimia de Alella, en la que la comunidad celebra la cosecha de uvas con catas de vino, gastronomía y artesanías locales. Las raíces vinícolas de Alella están muy presentes en su orgullo por la producción de vinos de alta calidad, especialmente bajo la Denominación de Origen Alella.
En cuanto a patrimonio, Alella cuenta con varios hitos históricos, como la Iglesia románica de Sant Feliu y varias casas modernistas que datan de principios del siglo XX, que ofrecen a los visitantes una visión del diverso pasado arquitectónico y cultural de la ciudad.