La historia de Igualada se remonta a la época medieval, aunque sus raíces pueden rastrearse hasta asentamientos romanos y visigodos en la región. A lo largo de la Edad Media, la ciudad creció como un importante centro de comercio, aprovechando su ubicación estratégica entre Barcelona y otras ciudades del interior. Durante los siglos XVIII y XIX, Igualada se consolidó como un centro industrial, conocido por su industria textil y de curtidos de cuero, lo que marcó su desarrollo económico.
Culturalmente, Igualada es un referente de las tradiciones catalanas. La «Festa Major,» que se celebra en agosto, es uno de los eventos más destacados de la ciudad, con desfiles, música, fuegos artificiales y los famosos «castells» (torres humanas), que reflejan el espíritu comunitario de la región. Además, la ciudad acoge diversas representaciones teatrales y musicales que enriquecen su vibrante vida cultural.
La industria del cuero es un elemento clave de la identidad de Igualada, y esto se celebra en el Museo de la Piel, que no solo documenta la historia de este oficio, sino que también sirve como espacio para exposiciones culturales, conservando el legado artesanal de la ciudad.