Manresa destaca por su arquitectura, que combina estilos góticos, barrocos y modernistas. La Basílica de la Seu es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Esta catedral gótica, situada en una colina, ofrece vistas impresionantes de los alrededores y es un símbolo del patrimonio religioso de Manresa. Otro sitio clave es la Cova de Sant Ignasi, un santuario barroco que marca el lugar donde San Ignacio de Loyola vivió su transformación espiritual.
El casco antiguo de Manresa, con sus calles estrechas y empedradas, ofrece una inmersión en la historia medieval de la ciudad. El Puente Viejo (Pont Vell), de origen romano, es otro de los tesoros arquitectónicos que conecta la ciudad con sus alrededores.
Para los amantes de la naturaleza, el Parque de l’Agulla es una visita obligada, con un gran lago, senderos tranquilos y áreas recreativas perfectas para un día de descanso en familia o para hacer deporte. Además, la ciudad cuenta con varios museos, como el Museo Comarcal de Manresa, que ofrece una visión detallada de la historia y el patrimonio cultural de la región.