Manresa cuenta con una historia rica que se remonta a la época romana, aunque su importancia creció considerablemente durante la Edad Media. En el siglo XVI, la ciudad se convirtió en un centro religioso de gran relevancia debido a la influencia de San Ignacio de Loyola, quien pasó un tiempo significativo aquí. Su experiencia espiritual en la ciudad marcó profundamente a la comunidad local, y hoy en día, la Basílica de la Seu y la Cueva de San Ignacio siguen siendo importantes sitios de peregrinación y atracciones históricas.
Culturalmente, Manresa está profundamente arraigada en las tradiciones catalanas. La ciudad celebra la Festa Major en agosto, donde las calles se llenan de música, bailes tradicionales, desfiles y fuegos artificiales. Otro evento destacado es la Fira Mediterrània, un festival anual que celebra la música, el teatro y la cultura popular mediterránea, atrayendo a artistas y visitantes de toda la región.
Además de sus festivales, Manresa conserva costumbres locales únicas, como el uso del catalán junto con el español, y una rica herencia cultural que se refleja en sus festividades, arte y monumentos históricos.