Ripollet ofrece a los visitantes un verdadero sabor de la cocina tradicional catalana, con sus restaurantes locales sirviendo una variedad de platos clásicos. El pa amb tomàquet (pan con tomate y aceite de oliva), la escalivada (verduras asadas) y la botifarra (salchicha catalana) son elementos básicos de la oferta gastronómica local.
La ciudad también es conocida por sus calçotades, una barbacoa tradicional catalana centrada en los calçots, un tipo de cebolla verde que se asa a la parrilla y se sirve con salsa romesco. Estas fiestas comunales son especialmente populares en los meses de invierno y ofrecen una excelente oportunidad para que los visitantes experimenten la auténtica cultura culinaria catalana.
Para los amantes de lo dulce, la crema catalana es un postre que no se puede dejar de probar, similar a la crème brûlée pero con un toque catalán distintivo. Las cafeterías y pastelerías de Ripollet ofrecen muchas oportunidades para probar este y otros pasteles locales. El mercado semanal de la ciudad es un excelente lugar para degustar productos frescos, quesos y otras delicias locales.