Sitges ofrece una encantadora mezcla de estilos arquitectónicos, que van desde el medieval hasta el modernista. El casco antiguo de la ciudad es un laberinto de estrechas calles adoquinadas, con casas tradicionales encaladas, mientras que edificios modernistas como el Palacio de Maricel y el Museo Cau Ferrat destacan la conexión de la ciudad con los movimientos artísticos del siglo XIX y XX.
El paseo marítimo es una visita obligada, con vistas al Mediterráneo y rodeado de villas impresionantes que reflejan el pasado aristocrático de la ciudad. Las principales atracciones incluyen la Iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla, que se alza majestuosamente sobre una colina con vistas al mar, y el Museo de Sitges, que destaca el patrimonio artístico de la ciudad.
Sitges también cuenta con una serie de parques y espacios al aire libre, incluido el Parque Natural del Garraf, que ofrece rutas de senderismo y vistas impresionantes de la costa. Las playas de la ciudad son otro gran atractivo, siendo la Playa de la Ribera la más popular, con arenas doradas y aguas cristalinas.