Girona es una ciudad de gran riqueza arquitectónica, con una mezcla de estilos que van desde el románico y el gótico hasta el barroco. Uno de los edificios más icónicos es la Catedral de Girona, con la nave gótica más ancha del mundo. Situada en lo alto de una majestuosa escalinata, la catedral ofrece impresionantes vistas de la ciudad y alberga una notable colección de arte religioso. También destaca la Basílica de Sant Feliu, conocida por su torre gótica y sus orígenes románicos.
El casco antiguo, conocido como Barri Vell, es un laberinto de estrechas y sinuosas calles que han permanecido prácticamente inalteradas durante siglos. El barrio judío es particularmente fascinante, con un entramado de callejones y patios ocultos que transportan al visitante a la época medieval. A lo largo del río Onyar, las coloridas casas ofrecen una de las vistas más emblemáticas de Girona, especialmente desde el Puente de Piedra.
Entre los museos, destacan el Museo de Historia de Girona, que recorre la extensa historia de la ciudad, y el Museo del Cine, dedicado al arte cinematográfico. Los amantes de la naturaleza disfrutarán del Passeig de la Muralla, las antiguas murallas de la ciudad, que ofrecen unas vistas impresionantes de Girona y su entorno.