Girona tiene una historia rica y diversa que se remonta a más de dos mil años. Fue fundada por los romanos en el siglo I a.C., convirtiéndose rápidamente en una fortaleza estratégica debido a su ubicación en la Via Augusta, una importante ruta romana. A lo largo de los siglos, la ciudad ha sido moldeada por varias civilizaciones, incluidas los visigodos, los musulmanes y los francos, dejando un legado cultural y arquitectónico variado.
Durante la Edad Media, Girona alcanzó gran relevancia religiosa y cultural. Uno de los barrios más significativos de esta época es El Call, el barrio judío, que es uno de los mejor conservados de Europa. También es conocida por su resistencia durante varios asedios históricos, incluyendo los asedios napoleónicos en el siglo XIX.
Culturalmente, Girona es un centro de tradiciones catalanas, con festivales vibrantes como el Temps de Flors en mayo, que transforma la ciudad con hermosas exposiciones florales, y las fiestas de Sant Narcís en octubre, que celebran al patrón de la ciudad con desfiles, fuegos artificiales y bailes tradicionales.