Olot tiene una historia rica que se remonta a tiempos antiguos, comenzando como un asentamiento romano, según lo demuestran varios restos arqueológicos encontrados en la zona. Sin embargo, su desarrollo como ciudad medieval fue lo que cimentó su identidad. A lo largo de los siglos, Olot también estuvo influenciada por periodos moriscos y cristianos, lo que se refleja en su arquitectura y evolución cultural. Durante los siglos XVIII y XIX, Olot se consolidó como un centro importante para la industria textil y las artes, lo que sigue siendo una parte clave de su identidad actual.
Culturalmente, Olot es conocida por su tradición artística, especialmente en la pintura y la escultura. La Escuela de Arte de Olot, fundada en el siglo XIX, ha dejado una huella duradera en el arte catalán y español. A nivel popular, la ciudad es famosa por su «Festa del Tura», una celebración anual que tiene lugar en septiembre en honor a la patrona de Olot. Durante esta festividad, los visitantes pueden disfrutar de desfiles, danzas tradicionales y conciertos, que muestran lo mejor de la cultura local.
Olot también mantiene costumbres como la «sardana», una danza tradicional catalana que a menudo se baila en las plazas durante festivales. Además, entre sus hitos históricos más importantes se encuentran el Claustro de los Carmelitas y la Iglesia de Sant Esteve, que reflejan la rica herencia religiosa de la ciudad. La identidad catalana está profundamente arraigada en la cultura de Olot, lo que la convierte en un lugar ideal para conocer las tradiciones locales.