La historia de Palamós se remonta a 1279, cuando fue fundada por Pedro III de Aragón como un puerto estratégico en el Mediterráneo. Debido a su ubicación costera, la ciudad desempeñó un papel crucial en el comercio marítimo y la defensa durante siglos, siendo testigo de la influencia romana, musulmana y cristiana, que dejaron su huella en su arquitectura y cultura.
Hoy en día, Palamós conserva sus profundas raíces marítimas, particularmente en la pesca, una industria que ha definido su identidad durante siglos. El mercado de pescado La Llotja del Peix es famoso por su gamba de Palamós, un manjar local. Esta conexión con el mar se celebra anualmente durante la Festa Major de Palamós, que incluye desfiles temáticos, música en vivo y espectáculos de fuegos artificiales.
Culturalmente, Palamós es una mezcla de tradiciones catalanas y modernas influencias europeas. Festividades como el Carnaval (Carnestoltes) y la noche de San Juan (Sant Joan) son parte importante de la vida local, con coloridos desfiles, música tradicional y danzas. La Iglesia de Santa María del Mar, de estilo gótico, es uno de los hitos históricos más importantes de la ciudad.