El paisaje arquitectónico de Ripoll está dominado por su herencia medieval, con el Monasterio de Santa María como la joya de la corona de la ciudad. Esta obra maestra románica, con sus intrincadas tallas en piedra y su gran importancia histórica, es una visita obligada para los turistas. El monasterio no solo es un símbolo religioso, sino también un centro cultural, ya que una vez albergó uno de los más importantes scriptoriums de Europa, donde se copiaban y preservaban manuscritos durante la Edad Media.
Además del monasterio, el casco antiguo de Ripoll está lleno de calles estrechas y sinuosas, flanqueadas por edificios históricos que reflejan su pasado medieval. Los puentes románicos de la ciudad, sus plazas encantadoras y antiguas casas de piedra añaden al ambiente pintoresco. El Museo Etnográfico de Ripoll es otra atracción clave, ofreciendo información sobre el pasado de la ciudad, exhibiendo artefactos relacionados con su herencia industrial y artesanía tradicional.
Para los entusiastas de la naturaleza, los parques naturales y los senderos montañosos cercanos ofrecen muchas oportunidades de exploración. La Ruta del Ferro, o Ruta del Hierro, es un popular sendero para caminar y andar en bicicleta que destaca la historia industrial de Ripoll mientras lleva a los visitantes a través de paisajes naturales impresionantes.