La historia de Salt está profundamente ligada a su pasado industrial, especialmente durante el siglo XIX, cuando la ciudad experimentó un crecimiento significativo debido a la industria textil. Antes de eso, Salt era un pequeño asentamiento rural que, con el tiempo, se transformó en un centro importante para la manufactura, atrayendo a trabajadores de diferentes partes de Cataluña y otras regiones.
Hoy en día, Salt es conocida por su gran diversidad cultural, resultado de una inmigración significativa en las últimas décadas. Esta diversidad se refleja en su vida diaria y sus festivales, donde las tradiciones catalanas coexisten con influencias de otras culturas. Entre las festividades más destacadas se encuentra la Festa Major, una celebración que incluye desfiles, música en vivo y bailes tradicionales, atrayendo tanto a locales como a visitantes.
La ciudad también cuenta con varios monumentos y puntos de interés que recuerdan su pasado industrial, así como espacios culturales donde se celebran eventos que promueven la integración y la riqueza cultural de sus habitantes. Salt sigue siendo un ejemplo de cómo la tradición y la modernidad pueden convivir en armonía.