Solsona cautiva a sus visitantes con su arquitectura medieval bien preservada, ofreciendo una auténtica experiencia histórica. El casco antiguo, conocido como el «nucli antic», es un laberinto de calles empedradas rodeadas de edificios de piedra que han permanecido en pie durante siglos. La ciudad es famosa por sus estilos arquitectónicos gótico y románico, destacándose especialmente la impresionante catedral de Solsona, con su elegante claustro y su detallado retablo, un testimonio del poder religioso que la ciudad tuvo en su momento.
Además de la catedral, el Palacio Episcopal es otra atracción imperdible. Este edificio histórico alberga el Museo Diocesano, que ofrece una fascinante visión de la historia y el arte religioso de la región. Para aquellos interesados en la arqueología y la antropología, el museo también exhibe artefactos que narran la historia prehistórica de la zona. En las afueras de la ciudad, el Castillo de Cardona, una fortaleza medieval, ofrece impresionantes vistas del campo circundante y es un sitio ideal para los aficionados a la historia.
Para los amantes de la naturaleza, Sant Llorenç de Morunys, una pequeña localidad cercana, ofrece paisajes montañosos espectaculares y actividades al aire libre. Los parques y espacios verdes dentro de la ciudad, como el Parque Mare de la Font, son ideales para relajarse y disfrutar de una tarde tranquila. La combinación de sitios históricos y belleza natural hacen de Solsona un destino atractivo tanto para los amantes de la cultura como de la naturaleza.