La historia de Solsona se remonta a la época romana, aunque su apogeo llegó en la Edad Media cuando se convirtió en la sede del obispado de Solsona, lo que le otorgó una gran importancia religiosa. A lo largo de los siglos, la ciudad ha sido testigo de diversas influencias culturales, desde la época romana y cristiana hasta su identidad catalana actual. Hoy en día, su casco antiguo conserva gran parte de su trazado medieval, con edificios de piedra, calles estrechas y murallas defensivas que evocan su rico pasado.
Uno de los aspectos culturales más destacados de Solsona es su animado calendario de festivales. El más famoso es la Festa Major, que se celebra cada septiembre y es conocida por sus desfiles, danzas tradicionales como la sardana y los icónicos «gegants», figuras gigantes que representan personajes locales. El Carnaval de Solsona es otro evento importante, famoso por su singular humor satírico, como la tradición de colgar un burro de peluche, una sátira centenaria que forma parte de la celebración.
Solsona también cuenta con importantes monumentos históricos, como la catedral de Solsona, que data del siglo XII y combina estilos románico y gótico. El Palacio Episcopal, que ahora alberga el Museo Diocesano, es otro tesoro cultural que ofrece una rica colección de arte religioso que va desde la Edad Media hasta el Renacimiento. Estos lugares históricos reflejan la importancia de Solsona como centro religioso y cultural en la historia de Cataluña.