Valls ha sido tradicionalmente un centro agrícola, conocido por su producción de vino, aceite de oliva y sus famosos calçots. La industria agrícola sigue siendo una parte clave de la economía local, con muchas granjas produciendo productos de alta calidad que se venden tanto localmente como en mercados internacionales. El clima mediterráneo y el suelo fértil de la región son ideales para el cultivo de viñedos y olivos, y Valls forma parte de la reconocida Denominación de Origen (DO) de vinos catalanes.
El turismo también se ha convertido en una parte cada vez más importante de la economía local, especialmente durante las temporadas de festivales como La Calçotada y las competiciones de castells. El rico patrimonio cultural y los hermosos paisajes de la ciudad atraen a visitantes de todo el mundo, lo que impulsa los sectores de la hostelería, la restauración y el comercio minorista. Las artesanías locales, incluidas la cerámica tradicional y los textiles, también son populares entre los turistas que buscan recuerdos auténticos de Cataluña.
En los últimos años, Valls ha diversificado su economía con pequeñas industrias manufactureras y de servicios, pero la agricultura y el turismo siguen siendo los principales motores económicos. La combinación única de encanto rural y vibrante cultura continúa atrayendo tanto a visitantes como a empresas.