El turismo es uno de los principales motores económicos de Mérida, dado su rico patrimonio cultural e histórico. La ciudad atrae a miles de visitantes cada año, que vienen a explorar sus monumentos romanos, participar en festivales y disfrutar de su oferta gastronómica. Los sectores relacionados con el turismo, como la hotelería, la restauración y las actividades turísticas guiadas, desempeñan un papel clave en la economía local.
La agricultura es otra de las actividades económicas más importantes de la región, con productos destacados como el aceite de oliva, el vino y el jamón ibérico, que se producen en los alrededores de Mérida. El mercado local está lleno de productos frescos de la región, y la artesanía también es un sector relevante, especialmente en la producción de cerámica y textiles inspirados en diseños romanos.
Aunque Mérida no es una ciudad industrializada en gran medida, el sector de los servicios, especialmente en áreas como la educación y la administración pública, también impulsa la economía local. Como capital de Extremadura, Mérida es un centro administrativo y político de la región, lo que crea una base sólida de empleos en el sector público.