La historia de Montijo se remonta a la época romana, siendo influenciada por varias civilizaciones a lo largo de los siglos, incluyendo los visigodos y los árabes. Tras la reconquista cristiana en el siglo XIII, Montijo pasó a formar parte del Reino de Castilla. Su relevancia histórica se mantuvo en los siglos XVI y XVII, cuando Extremadura se convirtió en punto de partida para muchos exploradores hacia el Nuevo Mundo.
Culturalmente, Montijo celebra muchas festividades tradicionales, con un fuerte enfoque en las celebraciones religiosas y las tradiciones agrícolas. Entre las más destacadas se encuentra la Semana Santa, donde las calles de la ciudad se llenan de procesiones, imágenes religiosas y una decoración elaborada. Otra fiesta importante es la Feria de Montijo, que se celebra cada septiembre e incluye desfiles de caballos, corridas de toros, música en vivo y mercados callejeros.
Montijo también mantiene una conexión con sus raíces agrícolas, con costumbres locales que resaltan la importancia de la agricultura y las reuniones comunitarias. Los visitantes pueden experimentar estas tradiciones de primera mano, especialmente durante las ferias y mercados locales, donde se celebran los productos regionales y las artesanías.