Fundada en el siglo XII por el rey Alfonso VIII de Castilla, Plasencia tiene una rica historia que refleja la lucha entre cristianos y musulmanes durante la Reconquista. Su ubicación estratégica como plaza fuerte la convirtió en un importante bastión militar y religioso, y muchas de las construcciones medievales que aún se conservan son testimonio de su pasado. La ciudad está rodeada por murallas que datan de esta época, y el lema de la ciudad, «Ut Placeat Deo et Hominibus» («Para agradar a Dios y a los hombres»), habla de su legado histórico.
La cultura de Plasencia está marcada por su fervor religioso, con celebraciones como la Semana Santa, que atrae a visitantes de todo el país. Las procesiones religiosas y las festividades tradicionales, como el Martes Mayor, en el que se exhiben los productos locales, son parte integral de la vida local. También es famosa por sus mercados tradicionales y su conexión con los pueblos de la comarca, donde las costumbres rurales y la artesanía aún perviven.
Entre los eventos culturales más destacados se encuentran las fiestas en honor a San Fulgencio, patrón de la ciudad, y las festividades del cerezo en flor en el cercano Valle del Jerte, que ofrecen a los visitantes una inmersión en las tradiciones locales y la belleza natural.