La arquitectura de Trujillo es una fascinante combinación de estilos medieval, morisco y renacentista. Su joya más preciada es el Castillo de Trujillo, una imponente fortaleza en lo alto de la colina, originalmente construida por los moros, que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y los llanos que la rodean. La Plaza Mayor de la ciudad es otra maravilla arquitectónica, rodeada de majestuosos palacios, soportales y la iglesia de San Martín, un magnífico ejemplo del estilo gótico del siglo XVI.
Entre las visitas imprescindibles se encuentra la Casa Museo de Pizarro, donde los visitantes pueden conocer la vida de Francisco Pizarro y su influencia en la historia de la exploración del Nuevo Mundo. Los palacios de Orellana y de la Conquista son ejemplos sobresalientes de la arquitectura renacentista, construidos por familias nobles que se enriquecieron con las expediciones a América.
Trujillo también cuenta con varios edificios religiosos bien conservados, como la Iglesia de Santa María la Mayor, de estilo románico-gótico, y la iglesia de San Francisco. Los alrededores de la ciudad, con su cercanía al Parque Nacional de Monfragüe, ofrecen oportunidades para el senderismo y la observación de aves, lo que convierte a Trujillo en un destino integral tanto para los amantes de la cultura como de la naturaleza.