La economía de Santiago de Compostela está impulsada principalmente por el turismo, debido a su importancia como destino de peregrinación y su condición de Patrimonio de la Humanidad. El Camino de Santiago atrae a miles de visitantes cada año, lo que impulsa los negocios locales, hoteles, restaurantes y servicios turísticos. Además, la Universidad de Santiago, una de las más antiguas de España, juega un papel fundamental en la economía, contribuyendo a los sectores de la educación y la investigación, atrayendo a estudiantes y profesionales académicos de todo el mundo.
Fuera del turismo y la educación, Santiago también tiene una rica tradición agrícola. Las áreas rurales circundantes producen productos lácteos, carnes y vinos de alta calidad. La región es especialmente conocida por su vino Albariño y su marisco, que son pilares de la gastronomía local. Asimismo, el sector biotecnológico y de ciencias de la vida está en expansión, respaldado por las instalaciones de investigación de la Universidad.
El artesanado local, especialmente en cerámica y textiles gallegos, también contribuye a la economía local, con muchos artesanos vendiendo sus productos en los mercados y tiendas de la ciudad.