La gastronomía es uno de los mayores atractivos de Logroño, donde los pinchos son una auténtica institución. Calle del Laurel y Calle San Juan son las arterias principales de esta experiencia culinaria, donde los visitantes pueden disfrutar de pequeños bocados como el chorizo a la sidra, champiñones a la plancha y los pimientos rellenos.
Los vinos tintos de La Rioja son, por supuesto, el acompañamiento perfecto para cualquier comida. Los restaurantes locales ofrecen maridajes con platos tradicionales como el cordero asado, el bacalao a la riojana y guisos de legumbres, elaborados con ingredientes frescos de la región.
Los mercados locales, como el Mercado de San Blas, ofrecen una vibrante muestra de productos locales frescos, desde quesos artesanales hasta aceites de oliva. Además, Logroño celebra diversos festivales gastronómicos a lo largo del año, lo que la convierte en una parada obligatoria para los amantes de la buena comida.