El Molar es un pueblo impregnado de historia, y esto se refleja en su arquitectura. La característica arquitectónica más llamativa son sus casas-cueva, que han sido excavadas en las laderas y han sido utilizadas durante siglos como viviendas, bodegas de vino y almacenes. Estas cuevas no solo son funcionales, sino también una parte significativa del patrimonio del pueblo y ofrecen a los visitantes la oportunidad de explorar una forma única de arquitectura tradicional española. Algunas de estas cuevas se han transformado en restaurantes, ofreciendo una experiencia gastronómica única en un entorno histórico.
Una de las principales atracciones de El Molar es la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, un hermoso ejemplo de la arquitectura religiosa española. El pueblo también es conocido por su pintoresca plaza mayor, donde los visitantes pueden disfrutar de cafés locales, mercados y el encanto tradicional de la vida rural española. Para los amantes de la naturaleza, la cercana Sierra de Guadarrama y el río Jarama ofrecen actividades al aire libre como senderismo, observación de aves y paseos escénicos.
Aunque El Molar no cuenta con grandes museos o sitios patrimoniales de la UNESCO, su encanto de pequeño pueblo y sus atractivos arquitectónicos únicos, incluyendo las cuevas conservadas, ofrecen una experiencia distintiva y memorable para los visitantes.