La gastronomía de Melilla es un reflejo de su identidad multicultural, mezclando sabores españoles, marroquíes y mediterráneos. Uno de los platos más representativos de la ciudad es el pinchitos, brochetas de carne especiada que se asan a la parrilla, un básico de la cocina norteafricana. Otro plato imprescindible es el cuscús, que suele servirse con una variedad de verduras y carne, mostrando claramente la influencia marroquí en la dieta local.
Gracias a su ubicación costera, el marisco abunda en Melilla. Los visitantes pueden disfrutar de platos como el pescado frito (pescaito frito) o las sardinas a la parrilla, a menudo servidas con limón fresco y aceite de oliva. Las tapas, un sello distintivo de la cocina española, se pueden encontrar por toda la ciudad, con muchos bares locales que ofrecen una combinación de pequeños platos inspirados en las tradiciones culinarias españolas y marroquíes.
Para los amantes de los postres, Melilla ofrece una variedad de dulces tradicionales, como los pestiños (masa frita cubierta de miel) y los dulces de inspiración marroquí elaborados con almendras y miel. Los mercados de alimentos y restaurantes de la ciudad brindan una excelente oportunidad para experimentar esta fusión de sabores.