La historia de Alacuás se remonta a la época romana, pero su importancia creció significativamente durante la ocupación musulmana de la península ibérica. Durante este periodo, la ciudad se desarrolló tanto en términos de urbanismo como de cultura, y muchos de estos elementos han perdurado hasta hoy en su arquitectura y en las costumbres locales. Tras la reconquista cristiana, Alacuás pasó a formar parte del Reino de Valencia y se convirtió en una localidad importante dentro de la región.
Culturalmente, Alacuás es famosa por sus festividades, destacando especialmente las Fallas, una celebración compartida con la ciudad de Valencia, en la que se crean y queman enormes monumentos de arte efímero. Además, se celebra la fiesta de Moros y Cristianos, que recrea las batallas entre ambos grupos, en un despliegue de coloridos desfiles y eventos. Estas festividades atraen a numerosos visitantes y son un reflejo del orgullo local por su historia y cultura.
La ciudad cuenta también con varios monumentos históricos, siendo el más destacado el Castillo-Palacio de Alacuás, una joya renacentista que ha sido testigo de la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos. La conservación de estos monumentos y la rica agenda cultural hacen de Alacuás un lugar muy atractivo para los amantes de la historia y las tradiciones.